Por siglos, la madera fue protagonista de la construcción. Luego llegaron el concreto, el acero y el vidrio, y este material se quedó atrás, asociado más a lo decorativo o a cabañas alejadas de la ciudad. Pero hoy, en pleno 2025, la madera está de vuelta.
Arquitectos, ingenieros y desarrolladores en todo el mundo están apostando por la madera laminada cruzada, conocida como CLT por sus siglas en inglés. Se trata de una tecnología que permite construir estructuras de gran escala que son resistentes, seguras y sostenibles. Ya no se limita a casas de campo, pues existen edificios de hasta 18 pisos construidos enteramente con madera.
Una de las razones por las que la madera se está convirtiendo en el nuevo lujo de la arquitectura moderna es su capacidad para combinar eficiencia con sostenibilidad. Tiene un impacto ambiental mucho menor que el concreto o el acero y, además, permite acelerar los tiempos de construcción.
El avance en tratamiento y certificación forestal garantiza que esta tendencia no implique deforestación irresponsable. Muchas empresas trabajan con madera proveniente de bosques gestionados de manera sostenible, alineando la construcción con los principios de economía circular.
Países como Noruega, Canadá, Japón y Australia están liderando esta revolución arquitectónica con proyectos emblemáticos como el edificio Mjøstårnet, el más alto en su tipo y ubicado en Noruega.
Pero más allá de lo técnico, la madera también responde a un cambio cultural: buscamos entornos más cálidos, naturales y sostenibles. Vivir o trabajar en espacios hechos de madera genera una conexión distinta con el entorno.
El resultado es una arquitectura moderna, eficiente y emocionalmente atractiva. Una que no solo responde a las demandas técnicas de las ciudades del futuro, sino también al deseo humano de reconectar con lo esencial. Porque en un mundo donde casi todo es digital, vivir entre materiales vivos, como la madera, podría ser el lujo más moderno de todos.